domingo, 21 de julio de 2013

CLETO TORRODELLAS, POESÍAS RIBAGORZANAS

Con as suyas muller e filla
Estadilla, 1868-1939


El banco de los viejos

Banco de llosas gastadas,
banco de la pllaza’l sol
que das entrada a los viejos
como per escalafón.

Onque me causes tristeza
ya fa años que te me miro:
per un lau te tiengo miedo,
y al mismo tiempo cariño.

Tiengo los sesenta y cinco
y los tiengo prou gastados,
y viengo a pedi la’ntrada
como los demás ancianos.

M’acordo, fa muchos años,
de cuan eba yo zagal
ve aquí asentáu a mi agüelo
con otros viejos hablan.

Yo pasaba ta las monjas
corrén, perqu’eba travieso,
y mi yayo me llamaba
pa mocame y dame un beso.

¡Cómo van pasá los años!
M’está parecén un sueño:
como si hablasen d’ayer
y hoy ya soy yo aquel viejo.

Ya m’he d’asentá en el banco
per sé pesáu está drecho,
y a los fillos de mi filla
tamé los moco y los beso.

¡Oh, cadena misteriosa
que d’el otro mundo’stira,
que ñ’hay pa siglos y siglos
y may la verén rompida!

La chen pedrica a su antojo,
s’escita la cencia sabia:
que si bllanco que si negro,
¡y ninguno sabe nada!

El misterio d’este mundo,
no mo’y tenín qu’empeñá,
que no más lo sabe ben
el que fa llové y nevá.

Lo acertáu é el sé güenos;
esto per ley natural,
en esta y en la otra vida
may mos podrá salí mal.

¿Que mos llama’l otro mundo?...
No mos dé ninguna pena:
lo mismo al pobre qu’al rico
los engancha la cadena.

Y no se pensen aquels
millonarios de cuantía
que allá tendrán influencia
lo mismo qu’en esta vida.

Ya pueden ixes ricazos
fé entierros con elegancia,
con dos docenas de curas,
coronas y cajas majas.

Y pueden posaye’n dentro
adrezos d’oro y de pllata,
que si llevan l’alma negra
u de pecados manchada…
con tanta fanfulería
como si no fesen nada.

En el cielo no rellucen
adrezos d’oro y de pllata;
allí lo que más s’aprecia
é un alma pura y santa.

Y podría dase’l caso
qu’en el banco de la pllaza
ñ’heiga unos ancianos pobres
con una alma llimpia y sana.

Ya m’estoy imaginán
cuan un rico allegue al cielo
y que san Pedro le diga:
«¿Qué s’ofrece, caballero?»

«Pues vengo a vos a deciros
que me ha tocado morir
y que con vuestra influencia
me coloquéis bien aquí.

Medio millón de pesetas
he dejado para misas
y medio más para coches,
caja, coronas y cintas.»

«¡Oh, señor, mi buen señor!
con eso no hacemos nada;
para buen sitio en el cielo
es según cómo está el alma.

Daré parte al Soberano,
como hago cada día,
ye él le dará la sala
que usted tenga merecida.»

Y podría dase’el caso
qu’aquel rico millonario
tienga su puesto en el cielo
más malo qu’un desgraciado.

En este mísero banco
apenas se y senta un rico;
esto lo viengo oserván
desde que yo eba muy chico.

Aquí se asenta l’inculto,
los que no’stan ilustrados
y los que producen siempre
ín per el monte arrastrados.

Con que nada, compañeros,
pecho adelante y preparados;
no tiengán miedo a morí,
que Dios a los desgraciados
mos guarda muy güenos puestos
si semos güenos y honrados.

No más me queda alvertí,
esto par los chovenastros,
que respeten ben las canas
y conserven estes bancos
pa asentase cuan les toque
como mos toca a nusatros.


Albada de Estadilla

Pepeta, si no t'eses d'enfadá
hoy te quería ossequiá
con un ramo de almendrera
collíu en Ball de Callá.

No me lo desprecies, Pepa,
que va de formalidá,
como día de tu santo
pa que puedas olorá.

Ya fa cuatro u cinco días
te quereba regalá
cuan mos baixas la comida,
pero dispués va pensá
que si l'amo mos veyese
se mos podría enfadá.

Y como te quiero tanto
pus yal debes de notá,
he pensáu felicitate
y d'algo más te d'abllá.

No más te rogo me dés
una palabra formal:
que si te sigo querén
no me lo tomes a mal.

No te metas colorada
qu'esto no he ningún pecáu,
perque mos querán los dos
no morirén condenáus.

Perque San José y la Virgen
tamé se van agradá,
van tení sus relacións
y dispués se van casá.

Conque adiós, Josefineta,
majisma ribagorzana,
olorás ben el ramo
que Franciscón te regala,
y si decides quereme
ya me lo dirás mañana.


La vida de mocé

Querría sé mocé
com’hora soy
y conservá la vida
que tiengo hoy.

No más comé y bebé
y estudiá,
y en salí del estudio
í a chugá.

Querría, como digo,
no feme gran
¡Oh, vida deliciosa
la vida de zagal!

Mientras uno é chicó
vicios le dan,
y cosas del almario
pa pasá el pan.

Mamá y papá s’enfadan
si soy travieso
más lluego se les pasa
y me dan besos.

Per la noche mamá
en la velada
me conta muchos cuentos
y adivinanzas.

Así quedo dormido
en la tibia falda;
con gran cuidáu me lleva
en ta la cama.

Toda la noche sonio
qu’estoy chugán,
u que dibujo un gato
qu’está cazán.

Con esto he teníu siempre
delirio gran:
Casi siempre sonio
qu’estoy dibuján.

Ayer va soniá
que dibujaba
la barba de papá
tan negra y maja,

que papá se’n reíba
y se la miraba,
y yo al velo tan alegre
¡Cómo gozaba!

Me va quedá chasquiáu
al despertá;
hese queríu dormí
pa más soniá.

De día me divierto
corrén, chugán,
y de noche disfruto
así, sonián.

Per ixo, francamente,
pueden creyé
que la vida más maja
é la de mocé.


Diez días antes de San Lorenzo

Ayer te va ve desde el tozal,
cuan las vacas guardabas,
t’en ibas p’el carrerón
en busca d’aigua salada.

Ben te va chuflá dos veces,
pero tu may te chirabas;
al fin, cuan me vas sentí
y te vas volvé a mirá
tú no puez creé “Pableta”
lo mucho que y va a gozá.

Tapaba el sol uba barza
cuan yo te va columbrá
y al tocarte una rayada
dorada, per una forá,
te parecebas a la Virgen,
envuelta en luz celestial.

Pero eba ese sol tan royo
porque al mirarte robaba
la mejor luz de tus ojos,
la luz que mas fulguraba.

Ojos que, como ya sabes,
Mi Pableta ben querida,
fa mucho me tornan lloco
Y m’arrebatan la vida.

¿No t’acordas, Pableta,
que ya en la infancia
mon n’iban a fe yerba
en ta las falchas,
y te culliba ramos
y filós ben majas,
y que tú, ben contenta
las apreciabas?

¿Y por qué ahora dispués?
y no son chanzas
me tomas las caricias
con esquivanzas?.

Ya s’acerca la fiesta
y si t’agrada
penso sé de los cuatro
de la peaina.

L’adornarén con frutos
De filós y albahaca,
y contó con la tuya
qués la mas maja.

Dispensa que m’atriba
a demandala
te la pensó pagá
con una albada.

Y si así no te agrada
serás prou mala
pues pasaré una fiesta
desesperada.

Con que, fes lo que quieras,
Tu es la que mandas;
hasta que digas sí
yo estaré en brasas,

¡San Lorenzo bendito
qu’el fuego apagas
apaga esta foguera
que arde en mi alma,

Y si solo no puez
dílene a Pabla
qu’ella ben puede felo
sin brenca d’aigua

Estadilla, agosto 1929.

No hay comentarios:

Publicar un comentario